Aparcan a diario allí su coche sin saber si podrán sacarlo cuando lo necesiten. Así viven desde hace dieciséis años los vecinos de un edificio del Ensanche A, cuyo garaje aparece a menudo taponado por vehículos que estacionan frente a la puerta, sin nada que, estrictamente, lo impida. Porque el garaje alojado en el subsuelo de los números 70-72 de la calle Río Xubia, un inmueble que hace esquina que da también hacia la calle Seselle, carece de vado. Situado justo enfrente del pabellón deportivo del barrio, la zona se llena a diario de conductores en busca de un espacio donde dejar sus coches para acudir a este recinto. Y a menudo lo hacen frente al portalón de este párking. Sin disco de prohibición, las franjas rojiblancas pintadas no resultan suficientes para disuadir a usuarios hartos, muchas veces, de dar vueltas al volante por la zona. Y con ello, cercenan la libertad de los vecinos de este bloque de poder disponer de sus vehículos a su antojo.
«El Concello no nos da licencia de primera ocupación, que es imprescindible para el vado», explica un grupo de vecinos, compuesto por Ángeles Pita, Manuel Breijo, Margarita Nodar y Margarita González. Porque, a pesar de que a veces dicen sufrir las críticas de los conductores que a regañadientes se ven impelidos a retirar los coches de la puerta, nada les gustaría más que poder pagar esa tasa municipal, y garantizar así la entrada y salida de sus automóviles en cualquier momento. «Te pasa una urgencia y no sales», explican. Y sin necesidad de ello, la situación también trastorna sus rutinas. «Hay gente que tiene que coger taxis o buses porque no puede sacar el coche», apuntan. Lo vivió Margarita Nodar en primera persona. Durante años, explica, trabajó en A Coruña. «Yo me iba a las seis y media de la mañana, y tenía que salir e ir a coger el bus» cuando había algún coche delante, con la consecuencia de no llegar a tiempo a la hora de entrada.
Según cómo aparquen en la calle los coches, en ocasiones pueden acceder dificultosamente utilizando un paso para personas con problemas de movilidad y transitando por la acera, acción por la que, aseguran, han llegado a ser reconvenidos por agentes municipales: «Un policía me dijo que iba a multar, que no podía pasar por la acera», apunta Manuel Breijo.
En total, son 36 las viviendas afectadas por esta rocambolesca situación, cuya responsabilidad atribuyen al Concello. Residen en el polémico edificio de la calle Seselle que fue objeto de un largo y farragoso litigio por los terrenos donde se levantó. Lo promovió la familia heredera de una finca que salió perjudicada en un expediente de lindes, que dio a la parcela colindante la mayor parte de la edificabilidad. El TSXG resolvió en 2009 que la responsabilidad era del Concello, por haber aprobado el expediente y haber dado licencia para la construcción de una treintena de viviendas en esos terrenos, cuando debería haberse resuelto a través de una reparcelación, con reparto de cargas y beneficios. Los perjudicados accedieron a ser indemnizados para que no se afectase a los compradores de los pisos, que tendrían que ser demolidos.
«No sabemos por qué es»
En ese litigio se amparó durante años el Concello, sostienen, para no conceder la licencia de primera ocupación a las viviendas. Sin embargo, el caso quedó cerrado cuando en noviembre del 2016, el Ayuntamiento abonó los 30.000 euros de indemnización establecido por el TSXG. Pero la licencia de primera ocupación, y por extensión el vado, sigue sin llegar más de un lustro después. «Al principio era por ese litigio. Ahora no sabemos por qué es, no se justifica», reprochan. «El garaje está completamente legal, con sus extintores y pulsadores. Y pagamos los impuestos, abonamos religiosamente el IBI pero no tenemos los servicios», esgrimen.
Aseguran que el Ayuntamiento no responde a los requerimientos formulados por la asesoría que tienen contratada. Y culpan al Concello de «dejadez» y «acumulación de burocracia». «Cuando compramos no sabíamos nada de esto», defienden. «No somos los responsables, pero sí somos los que sufrimos las consecuencias», subrayan. Además, aseguran que «todos los partidos» están al corriente de la situación, pero que ninguno lo ha solucionado. El gobierno local actual rehusó pronunciarse sobre este problema.
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